Una pintura tan bella, imcomprensible, "perfecta" en su concepción, pero ahora... tan agrietada, tan simplemente fea... El tiempo no perdona nada, se lleva todo, te hace querer odiarlo; pero, para el tiempo, ese lienzo no fue la excepción, lo deterioró, lo cambió totalmente, e hizo que se perdiera la razón principal de su llamada perfección.
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